¿Qué es IIIF y por qué tantas instituciones con archivos multimedia lo están usando? 

El Marco Internacional de Interoperabilidad de Imágenes (IIIF, por sus siglas en inglés) es, a la vez, un conjunto de estándares abiertos para la descripción de imágenes y una comunidad internacional involucrada en su desarrollo. Por un lado, los estándares están pensados para presentar y anotar imágenes y archivos audiovisuales (¡con muchos otros beneficios!, como se verá más adelante en la nota). Por otro, la comunidad opera como un espacio de encuentro global que desarrolla APIs abiertas, es decir, interfaces que permiten enviar información (por ejemplo, compartir metadatos en tiempo real); así como también software y expone contenido interoperable. 

La comunidad de IIIF ha desarrollado un conjunto de especificaciones y herramientas de software que proveen un estándar para contenido multimedia dirigido, sobre todo, a las necesidades de instituciones vinculadas con la catalogación, investigación, el manejo del patrimonio cultural, e incluso la enseñanza. La comunidad IIIF se centra en la experiencia del usuario y la accesibilidad al permitir que las imágenes y otros contenidos multimediales sean visualizados y manejados de manera coherente en diferentes plataformas y aplicaciones. 

El IIIF se originó en 2010 como un esfuerzo colaborativo entre bibliotecas, archivos y museos para mejorar la interoperabilidad de imágenes digitales en la Web. Desde entonces, ha evolucionado y se ha expandido a una amplia variedad de disciplinas y organizaciones, y ha establecido una comunidad activa y una serie de recursos y herramientas para apoyar el uso del IIIF. 

Imagen 1. Lista de líderes internacionales que son parte de la comunidad de IIIF (imagen tomada de la presentación de Josh Handro en la reunión virtual de la comunidad en diciembre de 2022). Licencia estándar de YouTube 

Algunas de las razones por las cuales instituciones como Europeana, la Universidad de Stanford, la Biblioteca Palafoxiana y el Museo Universitario del Chopo se han unido a esta iniciativa podrían resumirse en los siguientes puntos: 

• Aprovechar recursos. Existe una variedad de software de código abierto compatible con IIIF para visualizar las imágenes (i.e. Mirador, OpenSeadragon), para compartirlas a través de APIs o alojarlas en servidores (por ejemplo, Cantaloupe). 
• Eliminar duplicados. Una vez publicada, una copia de IIIF se puede incrustar en múltiples sitios. No es necesario transferir imágenes a otros servidores para que las carguen localmente.
• Remezcla de contenidos: IIIF permite reutilizar recursos IIIF de toda la Web, independientemente de su origen: comparar versiones de una misma imagen (ver Imagen 2), importar herramientas, crear exposiciones o visualizar elementos desde distintos sitios en un único lugar. 

Imagen 2. Ejemplo de comparación de tres niveles de una misma imagen gracias al estándar de IIIF (https://www.theleidencollection.com/viewer/david-and-uriah/) (Captura de pantalla al sitio) 

• Anotar: IIIF tiene compatibilidad nativa con el modelo de anotación web del W3C. También se puede comentar, transcribir y marcar recursos utilizando la arquitectura inherente a la Web, incluso para recursos audiovisuales. 

Imagen 3. Ejemplo de pintura anotada con “Mirador” una herramienta abierta desarrollada para anotar imágenes IIIF (Captura de pantalla al sitio) 

 

• Consistencia. Las API de IIIF ofrecen vistas portátiles de las imágenes o de cualquiera de sus regiones, e incentivan la persistencia de los URI a través de las migraciones de los servidores de imágenes. Cite una imagen con un URI estable o compártala para que otros puedan consultarla, o usted mismo en un entorno diferente. 
• Soporte para atribución y control de acceso. Las llamadas a API incorporadas soportan la atribución y el control de acceso: la API de autenticación (http://iiif.io/api/auth/), es integral y coherente con la concepción de IIIF. 
• Red mundial. La red mundial de proveedores de imágenes que ofrecen contenidos en un marco común puede ser un gran incentivo para unirse. No sólo porque cada vez crean más herramientas y plataformas de software, si no por todas las oportunidades que existen de intercambio de ideas organizativas, técnicas y profesionales.  

Imagen 4. Mapa de miembros del Consorcio de IIIF (versión interactiva). (Captura de pantalla al sitio) 

 

¿Cómo se ve un manifiesto IIIF? 

Un manifiesto IIIF es un “paquete” de datos en formato JSON que contiene toda la información relacionada con un objeto digital en particular, incluida la imagen en sí misma y los metadatos. Es parecido a un registro MARC (que usualmente es guardado en formato XML). Por ejemplo, en la imagen inferior se puede ver la página de un libro digitalizado acompañada del encabezado de su manifiesto IIIF 

Imagen 5. Mapa de una página de libro escaneada junto con su manifiesto IIIF. (Creación propia a partir de capturas de pantalla) 

 

Definitivamente, integrar la gran cantidad de información que lleva cada manifiesto puede parecer una tarea titánica, pero las buenas noticias son que, por una parte, hay una lista extensa de “recetas” para crear estos manifiestos; por otra, existen múltiples APIs para generarlos de forma casi automática. Por ejemplo, existe un generador de manifiestos en PHP creado por la Universidad de Yale y un código en Python creado por bibliotecarios de Cornell y Yale.  

Mejor aún, si después de leer esta entrada le gustaría enterarse más de cómo iniciarse en este conjunto de estándares y comunidad, existen múltiples formas de hacerlo, y aquí se enlistan unas cuantas: 

1. Asista a la conferencia del IIIF, llamada comunitaria o reunión de grupo (puede ver esta información en la página de eventos y noticias de IIIF
2. Regístrese en IIIF-Discuss (un grupo de discusión de Google) o en su boletín
3. Únase al grupo de Slack 
4. Explore los múltiples tutoriales que están en el canal oficial de YouTube de IIIF
5. Navegue los distintos tutoriales en línea disponibles en: https://training.iiif.io/ 

No cabe duda de que cualquier reto gigantesco se vuelve menos complejo cuando se resuelve en comunidad, y poner a disposición imágenes de buena calidad, enriquecidas con anotaciones, podría- ser la clave para avances inusitados en nuestro entendimiento de la historia. Quién sabe, tal vez alguno de nuestros archivos sirva para el próximo gran descubrimiento, como aquella nota reciente, de un trabajador del Reino Unido que gracias a las imágenes de cuevas paleolíticas que revisaba en su tiempo libre dio con lo que probablemente sea el primer calendario lunar de la humanidad.  

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